Al entrar en un dōjō, muchas veces vamos del vestuario al mismo con calzado tipo zapatillas Zōri (草 履) y antes de entrar al tatami, nos las quitamos. Muchas veces, éstas, se quedan en la entrada, esperando a la finalización de las clases.
En la entrada, mucha gente, llega, se las quita de cualquier forma para entrar rápidamente y quedan, algunas veces una por un lado y otra por el otro. Hay quien entra más lentamente, se las quita y las deja, tal y como se quedan, una al lado del otro y mirando hacia dentro, el último movimiento que hemos hecho. Lo correcto es, una vez en el tatami, después del saludo de entrada, darse media vuelta y dejarlas preparadas mirando hacia fuera, para cuando terminemos la clase. el esfuerzo sea mínimo; no tengamos que ir buscando las zapatillas que están por cualquier lado o andar hacia atrás o hacer cosas raras para calzarnos, si no preparar el material para su siguiente uso, es decir, en este caso, la salida de la clase después de la práctica.
Este simple movimiento nos ayuda a muchas cosas:
- Reducir el tiempo que estamos en la entrada, al finalizar la clase, calzándonos mientras otros se esperan.
- En la entrada hacer un alto y obligarnos a focalizarnos en un acto, simple, pero que rompa con el exterior.
- Tener un hábito para prepararnos para las siguientes acciones, aprendiendo a ganar tiempo y prepararnos para posibles contingencias.
También nos ayuda a no esperar a hacer las cosas. Si trabajamos con armas que se deben limpiar, pues haremos ese mantenimiento al llegar de entrenar, para evitar que el equipo se dañe y tenerlo listo para el próximo entrenamiento; además, no tendremos que preocuparnos si ese día es un día de trabajo duro y llegamos justos de tiempo, el equipo para entrenar ya estará a punto! si no, imagina como seria la práctica después de un día duro, encontrarte con un Keikogi (稽古 着) sucio o arrugado, pues no seria una buena práctica, en cambio, después de un día duro, llegar al dōjō y encontrarse el equipo bien plegado hace que la sensación del día cambie, mejorando.
Y esto, es algo conocido…
¿Cómo dejáis las zapatillas? ¿Y la cama?